Los directores de informática que hicieron carrera en el sector privado encuentran nuevas oportunidades -y nuevos retos- en la dirección de las TI públicas.

Cuando era niño, Greg Lane quería ser profesor de matemáticas. Pero cuando entró en el mundo laboral, lo hizo como tecnólogo, forjándose una carrera en TI durante 35 años, primero en DuPont y luego en Chemours, una empresa derivada de DuPont.

Tras ascender a CIO mundial, Lane dejó Chemours en 2016 para convertirse en asesor estratégico de la startup tecnológica Ramessys.

Aunque Lane fue tutor de estudiantes durante años, dejó bastante de lado sus ambiciones iniciales de trabajar en el sector público, hasta que le invitaron a reconsiderarlo. James Collin, una conexión profesional que en aquel momento era CIO del Estado de Delaware (Estados Unidos), preguntó a Lane si estaría interesado en ocupar el puesto vacante de CTO.

Lane reconoce que el paso puede parecer inusual, “pero fue una petición de una persona de confianza que hizo fácil decir que sí”, afirma.

“Dije que trabajaría para el Estado, que le dedicaría un año y luego volvería a Corporate America. Eso fue hace siete años y medio. Pasó un año, un poco más, llegó la Covid-19, parpadeas y pasan tres años más. Llevo aquí más tiempo del que pensaba”, afirma.

Lane se convirtió en CIO del Estado de Delaware en julio de 2023, cuando el gobernador le preguntó si asumiría el puesto de jefe de TI tras la marcha de Collin en 2020 y el mandato de un CIO interino.

Lane, natural de Wilmington, la capital del estado, y residente en la ciudad desde hace mucho tiempo, afirma que sus lazos personales con Delaware influyeron en su decisión de servir en el gobierno; la fortaleza del departamento de TI del estado y su cultura influyeron en su decisión de quedarse.

“Me quedé impresionado por el aliento tecnológico que se utiliza en el Estado y por los servicios que se ofrecen”, afirma.

También lo hizo su capacidad para ver el impacto del departamento estatal de TI en los residentes de Delaware. “Eso hizo que fuera muy fácil tomar la decisión”, añade Lane.

Un cambio hacia el liderazgo en servicios

Cada CIO tiene una trayectoria profesional única, pero la experiencia de Lane, que pasó de una larga carrera en el sector privado a un puesto de CIO en el sector público, ilustra las oportunidades que ven los responsables de TI al dar ese paso.

Al mismo tiempo, Lane y otros CIO que han hecho el mismo cambio de carrera dicen que el sector público presenta retos únicos, como testificar ante los legisladores, navegar por complejas normas de financiación y contratación, y aceptar salarios más bajos.

¿Merece la pena el cambio? Lane y otros dicen que sí.

“Existe la posibilidad de prestar servicios que marcan la diferencia en la vida de las personas. Si eso es lo que te motiva, el sector público es una buena oportunidad”, explica Lane. “Puede que no sea adecuado para todo el mundo, o la elección correcta para alguien en un momento determinado, pero puede ser extremadamente gratificante y es una forma estupenda de adquirir experiencias que de otro modo no podrías tener”.

Denise Reilly-Hughes ha tenido un recorrido similar.

Fue nombrada subsecretaria de la Agencia de Servicios Digitales del Estado de Vermont en enero de 2023, convirtiéndose en secretaria de ADS y CIO del estado en septiembre de 2023.

Anteriormente, Reilly-Hughes trabajó para varias empresas privadas, entre ellas Microsoft, donde colaboró con entidades gubernamentales como directora de clientes y gestora de éxito de clientes.

Ese trabajo la expuso a los desafíos y oportunidades de transformación técnica y digital en el gobierno – y, al igual que otros CIO, vio la posibilidad de utilizar sus habilidades para marcar la diferencia-.

Así que cuando en 2022 Shawn Nailor, antiguo cliente y entonces CIO del Estado de Vermont, le pidió que trabajara para el Estado, “sin dudarlo, dije que sí”, afirma Reilly-Hughes.

Ahora que lleva casi dos años trabajando para el Estado, “cada día ha sido gratificante”, añade.

Similitudes y diferencias entre los sectores público y privado

Reilly-Hughes, residente en Vermont desde hace casi 20 años, también señala los retos que supone trabajar como CIO público. Algunas de esas dificultades son similares a las que afrontan todos los CIO; otras son exclusivas del sector público.

Por ejemplo, al igual que todos los CIO que asumen un nuevo cargo, incorporarse al departamento de TI del Estado supuso aprender la cultura de su nuevo empleador. Pero, a diferencia de lo que ocurre con los traslados de un puesto de trabajo a otro, como nueva ejecutiva estatal también tuvo que aprender los procesos empresariales únicos que sólo existen en la Administración y sus prácticas de financiación singularmente complejas.

También tuvo que aprender a desenvolverse en la burocracia, que Reilly-Hughes ya conocía de las empresas privadas, pero que en el sector público es más compleja. “Tanto en el sector público como en el privado hay burocracia, sólo que está en lugares distintos”, explica.

A pesar de la dinámica única del sector privado, Reilly-Hughes afirma que aplica las mismas estrategias -como prácticas ágiles, principios de experiencia del cliente y mejora continua- que sus colegas de TI del lado comercial.

“Puedo decir que nunca he trabajado tanto en mi vida”, afirma. “Existe la idea de que la Administración trabaja despacio, pero yo no lo he visto así. El ritmo es muy rápido y pasan muchas cosas”.

Polinización cruzada entre los sectores público y privado

Kurt DelBene también se sintió atraído por el aspecto de servicio del trabajo en el sector público, pero él, como otros, dice que hay múltiples factores en juego. Por ejemplo, asumió su cargo actual porque “me estaba lanzando a algo en lo que claramente había una necesidad”, afirma.

DelBene es subsecretario de Información y Tecnología y director de Información del departamento de Asuntos de Veteranos. Fue propuesto por el presidente Biden y confirmado por el Senado en diciembre de 2021; es un proceso de contratación distinto a cualquier otro en el sector privado.

No es su primera incursión en la Administración. DelBene había trabajado como asesor principal del secretario de Salud y Servicios Humanos de EE. UU. de diciembre de 2013 a julio de 2014, ayudando a dar la vuelta al problemático lanzamiento de Healthcare.gov.

En el sector privado, DelBene pasó más de 30 años en Microsoft -incluidos casi 10 años como vicepresidente ejecutivo-, además de trabajar en Bell Laboratories, McKinsey & Co. y Madrona Venture Group.

DelBene ve su paso a la Administración como una oportunidad de “polinización cruzada”, aportando las mejores prácticas del sector privado a los departamentos de TI públicos y aprendiendo de los escenarios únicos que existen en la Administración.

Por ejemplo, a partir de su experiencia en Microsoft, DelBene reorganizó el departamento de TI de la Administración de Veteranos para centrarlo en el producto, de modo que cada función estuviera claramente alineada con las partes interesadas y sus objetivos.

Insiste en la necesidad de priorizar y medir “implacablemente” los avances mediante objetivos y resultados clave (OKR). Cultiva un entorno de trabajo colaborativo, celebrando reuniones cada mañana para que los trabajadores puedan compartir los progresos y aprender de los errores. Y hace hincapié en la modernización continua en lugar de las grandes transformaciones, que tienen un mayor índice de fracaso.

DelBene cree que es necesaria una mayor polinización cruzada entre los departamentos de TI públicos y privados, para trasladar más rápidamente a la Administración las mejores prácticas que suelen surgir primero en el mundo empresarial y también para permitir que más trabajadores aprendan de las oportunidades que ofrece el trabajo de la Administración, como la escala y el alcance del trabajo de TI del sector público.

DelBene gestiona un presupuesto de unos 5.000 millones de dólares, dirige una plantilla de unos 16.000 empleados públicos y contratados, y presta servicios tecnológicos a más de 3.000 localidades.

“Necesitamos más personas que pasen del sector privado al público porque no hay suficientes para crear software a gran escala y aplicar las mejores prácticas del sector privado al público”, afirma. “Y ayuda cuando los trabajadores vuelven al sector privado, porque entonces aprenden desde la perspectiva de aquí, donde la escala es enorme”.

Utilizar la experiencia del sector privado para influir en el bien público

Michael Pegues se convirtió en CIO de la ciudad de Aurora, Illinois, en junio de 2017 después de servir primero en el ejército de Estados Unidos y luego avanzar en su carrera tecnológica principalmente en el sector privado. Su currículum incluye puestos en AT&T, Quaker Oats, HP y Morgan Stanley, así como en el departamento de Defensa de Estados Unidos.

Convertirse en CIO de una ciudad no estaba en su hoja de ruta profesional hasta que el candidato a la alcaldía Richard C. Irvin, uno de los amigos de la infancia de Pegues de su Aurora natal, le pidió que se uniera a su equipo si ganaba.

Como cualquier ejecutivo que se plantea un nuevo trabajo, Pegues tenía condiciones: quería un sitio en la mesa, una línea directa de puntos con el alcalde y la autoridad para impulsar una transformación acorde con la visión del alcalde.

Pegues dice que no quería que la burocracia gubernamental y su naturaleza reacia al riesgo limitaran su capacidad de influir en el cambio y la mejora.

“La transformación no es algo habitual en el sector público; no se ve que el sector público innove mucho. Es más conocida en el sector privado o quizá en las asociaciones público-privadas”, afirma. “Pero el alcalde dijo que quería crear una ciudad con visión de futuro, y yo necesitaba agilidad para conseguirlo”.

Pegues se convirtió en el primer CIO de Aurora en junio de 2017, después de que Irvin se convirtiera en alcalde; Pegues sigue en ese puesto hoy. Dice que estaba entrando en una situación desconocida, donde las medidas de éxito no serían los típicos KPI empresariales, sino más bien su impacto en la comunidad y su servicio al público.

“Mi trabajo consiste en orientar el panorama técnico de la ciudad de Aurora para convertirla en una urbe más inteligente y conectada, mejor gestionada, más integradora y más próspera, pensando en cómo utilizar la tecnología y la innovación para impulsar todo eso”, afirma Pegues. “Fue un cambio enorme para mí”.

Aprovechando sus conocimientos, Pegues hizo que el departamento de TI de la ciudad pasara de un modelo descentralizado a otro centralizado, redujo el uso de TI en la sombra, puso en marcha varias iniciativas de transformación, aportó agilidad a los procesos de su equipo y orientó a Irvin sobre las posibilidades que ofrecía la tecnología.

Además de múltiples proyectos de modernización y mejoras de la ciberseguridad, el plan tecnológico de Pegues incluye la iniciativa ‘Que ningún niño se quede sin conexión’, cuyo objetivo es reducir la brecha digital entre los estudiantes; el apoyo a la Aurora STEAM Academy, otro programa centrado en los estudiantes; y la ampliación de la red de fibra óptica de la ciudad para estimular un mayor desarrollo económico.

Reconoce haberse sentido frustrado al principio, pero mirando al futuro tiene una perspectiva diferente de su paso al sector público: “Este es sin duda mi legado”.

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